PILÍTICA ORGANIZATIVA



Han transcurrido más de 20 años desde aquel momento en que los Pueblos Tule, Embera y Senú decidimos consolidar nuestros lazos de hermandad en la Organización Indígena de Antioquia. Respetando nuestras diferencias, comenzamos a construir un proyecto político por medio del cual hemos buscado, junto a nuestros hermanos del movimiento nacional, recuperar el territorio que históricamente nos ha sido arrebatado, para que en él perviva nuestra cultura, patrimonio vivo de la humanidad y orgullo de resistencia; y para el ejercicio de nuestra autonomía, como comunidades portadoras de una historia propia contada por ancestros milenarios que nos heredaron otras formas de hacer realidad; otras maneras de vivir organización social; practicar gobierno y aplicar justicia. Defender esa herencia ha costado la sangre de abuelos, padres y hermanos que generación tras generación han luchado por que nos sigamos sintiendo orgullosos de ser indios. A pesar de estar arrinconados en la periferia y ser más pocos que nuestros abuelos, hoy contamos con la fortaleza de tener como principal estrategia nuestra unidad y es a través de la Organización que conquistaremos los derechos por los que históricamente hemos luchado. 

En 1992, año enmarcado por ‘el autodescubrimiento’ y el recuerdo del genocidio contra nuestros hermanos durante cinco siglos; comenzamos a conocer las nuevas garantías jurídicas incorporadas en el sistema de normas de la Nación, apropiándonos de la Constitución Política y el Convenio OIT 169 de 1989, normas en las que se contempla nuestro reconocimiento como ciudadanos con unos derechos particulares. En este contexto la OIA construyó herramientas que nos ayudaron a ordenar nuestras demandas políticas y sociales, y asumimos estrategias para que éstas se materialicen, exigiendo el ejercicio efectivo de nuestros derechos y el mejoramiento de las condiciones de vida de nuestras comunidades.

 

El Plan de Etnodesarrollo de 1992, buscó generar un desarrollo alternativo que materializara los derechos reconocidos en la Constitución de 1991, que garantizara nuestra pervivencia como pueblos de la tierra, como pueblos de la vida que hace mucho luchan por su autodeterminación. En esa oportunidad definimos cuatro políticas para asegurar nuestro fortalecimiento como organización: La Administrativa, que pretendió generar capacidad para el ejercicio de los gobiernos autónomos y gestión en el desarrollo alternativo de nuestros Pueblos. La Cultural, que ha permitido la construcción de un proceso de educación bilingüe e intercultural cuyo objetivo principal es la preservación de nuestras formas de ser y vivir el mundo. La Territorial, que ha buscado recuperar la tierra que nos ha pertenecido ancestralmente y ordenarla. Y por último, la Demográfica, que buscaba garantizar el buen estado de salud de nuestras comunidades, asegurar las condiciones dignas para que las nuevas generaciones pudieran nacer, crecer y hacer pervivir la familia y la comunidad.

 

Fuimos avanzando en la materialización de nuestras reinvindicaciones políticas, a través de demandas para el ejercicio de nuestros derechos ante el Estado, y la cooperación de amigos internacionales y el sacrificio de muchos líderes y asesores. El contexto aceleradamente cambiante en el que se vieron rodeadas las comunidades, acosadas por los efectos de una guerra que a mediados de 1990 puso la mira en nuestros territorios, al igual que los proyectos de extracción de nuestros recursos naturales; fueron elementos suficientes para que el 6º Congreso Indígena Departamental, celebrado en Medellín (2000), definiera como mandato al nuevo Comité Ejecutivo, elegido en el mismo evento, la realización de un ajuste a las políticas adoptadas en 1992 y a la estructura organizativa. Este proceso ha sido conocido como Ajuste Estructural.

 

La tarea la hemos asumido como una construcción colectiva de nuestro futuro para Vivir Bien. El proceso de Ajuste ha sido discutido y ha generado insumos en diversidad de escenarios del ámbito regional y zonal, las políticas se han discutido en Asambleas Zonales, talleres zonales de ajuste, talleres de cada uno de los proyectos que ha ejecutado la Organización, reuniones de programas, reuniones de planeación, Juntas Directivas y fue objeto de discusión de los consejos regionales de Dabeiba (2002) y Necoclí (2006). Y del 7º Congreso Departamental Indígena, realizado en Medellín (2004), en donde cerca de 1300 líderes, en 20 mesas de trabajo, discutimos y aprobamos la ruta a seguir durante los siguientes 10 años. Más de 3.500 personas asistieron a los diferentes eventos de construcción, consulta y decisión.

 

En este proceso nos dimos cuenta que no era suficiente ajustar las políticas del Plan de Etnodesarrollo de 1992. Era necesario recoger el mayor número de expectativas de las comunidades. Lo primero fue actualizar los diagnósticos de los programas y las zonas, y con el apoyo de la Gerencia Indígena de la Gobernación de Antioquia, se elaboró un Diagnóstico Regional (2004). Este resultado, además de ser el primer producto publicado del proceso de Ajuste Estructural, sirvió para proyectar el escenario de relacionamiento con la Gobernación de Antioquia. Este documento sirvió de base para construir la Política Pública Departamental de Reconocimiento y Respeto de los Derechos de los Pueblos Indígenas del Departamento de Antioquia, aprobada por la Asamblea Departamental mediante Ordenanza 032 del 20 de diciembre de 2004, también publicada por la Gerencia Indígena.

 

Para construir un ejercicio de Unidad entre los tres pueblos y las cerca de 160 comunidades del departamento, era necesario construir una política propia, plataforma de nuestras reivindicaciones, los derechos que reclamamos, la cultura que queremos hacer pervivir; que recoja los sueños de las comunidades y las principales alternativas para mejorar nuestra calidad de vida y nuestra dignidad como pueblos indios, orgullosos de nuestra historia y tradición, que nos ayude a volver a recorrer el camino de nuestros ancestros. Para eso se construyó la Política Organizativa: Para orientar políticamente a nuestra Organización los próximos 10 años, estipulando las Líneas Políticas de la Asociación de Cabildos de Antioquia, y después de muchos debates definimos cinco: Gobierno y Administración; Territorio y Medio Ambiente; Cultura y Educación; Salud; y Género, Generación y Familia.

 

 

La Política Organizativa VOLVER A RECORRER EL CAMINO, es el documento político que une a todas nuestras comunidades. Se espera de ella que se convierta en el discurso político que articule a nuestra organización. Hemos logrado un importante fortalecimiento como Organización Regional, tenemos experiencia en la gestión, administración y ejecución de recursos. Pero nuestra dispersión geográfica, nuestras singularidades culturales y lo joven de nuestro proceso aún no ha consolidado la trasmisión de las capacidades que hemos desarrollado en el nivel regional, nuestra próxima tarea es el fortalecimiento de la autonomía en todos los ámbitos: local, municipal y zonal. Por eso, este proceso de definir un modelo propio de planeación no termina hasta que hayamos construido el último Plan de Vida Zonal, de los 10 que se construirán, atendiendo a las diferencias étnicas y territoriales. De este modo, Urabá contará con cuatro Planes de Vida, uno por Pueblo, mientras el resto de zonas contará solamente con un plan.

 

La Política Organizativa recoge nuestro pensamiento frente a los grandes temas que nos afectan y que hemos priorizado en 18 componentes recogidos en las cinco Líneas Políticas. Estos componentes expresan nuestra posición como Organización y se pueden leer por separado según la necesidad y oportunidad. Por ejemplo, la Línea Política de Salud está dividida en tres componentes: Salud como Derecho, Medicina Tradicional y Acceso a Servicios de Salud, y cada una es un documento. Cada uno de ellos contiene su definición, o sea, la manera como comprendemos el tema tratado;  el enfoque o lugar en el que nos paramos para observar el tema; los principales problemas; y las alternativas señaladas por el 7º Congreso. Todo el liderazgo de la Organización, desde el Comité Ejecutivo hasta los gobernadores locales, toda la estructura organizativa, desde el Congreso Departamental hasta los comités locales de mujeres, jóvenes, producción y las escuelas, pueden encontrar en estos 18 diferentes temas la síntesis de los más de 150 documentos que se han generado en los cinco años que ha tomado el proceso de Ajuste Estructural, y que se pueden consultar en el centro de documentación de la OIA. Al final de esta Política adjuntamos la declaración final del 7º Congreso y la del Consejo Regional de Autoridades celebrado en Necoclí (2006). Esperamos con este documento lograr el propósito de entregar un referente y una guía a nuestras comunidades para continuar fortaleciendo nuestro proceso organizativo.

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